Heraldo-Diario de Soria

La Dehesa de Soria, carne de callejero por los cuatro costados: ¿dónde está el Paseo de Los Romero?

Hasta el más pequeño rincón de la Alameda de Cervantes está nominado, como el 'medio rombo' denominado Paseo de Los Romero, en reconocimiento a dos destacados escultores e imagineros de Herreros, del siglo XVIII

Parte del paseo de Los Romero

Parte del paseo de Los RomeroMARIO TEJEDOR

Publicado por
Soria

Creado:

Actualizado:

Valeriano Bécquer, Tutor y Malo, Los Romero... Hasta el paseo más corto o rinconcito de la Alameda de Cervantes que se precie tiene nombre en el callejero de Soria. Escritores, pintores, teólogos, hombres de letras y hasta de batallas dan nombres a estos espacios. El que nos ocupa homenajea a dos, creemos que hermanos. Se llama Paseo de Los Romero, "dos muy destacados entalladores, escultores e imagineros sorianos del siglo XVIII", nos descubre el que fuera cronista de Soria, Miguel Moreno, en su libro Todas las calles de Soria, en referencia a Domingo José e Ignacio Romero. También recoge la publicación cuáles son las obras de estos artistas: los retablos de Santa Catalina y Nuestra Señora del Azogue, en la Colegiata; las credencias del altar mayor y el cancel principal de la iglesia; dos retablillos barrocos; el altar para el señor San Blas en la parroquia del Espino...

Plano callejero de parte de la Dehesa.

Plano callejero de parte de la Dehesa.HDS

El paseo en cuestión está entre Lope de Morales y Muiños, "y para que se haga el lector más clara idea son los lados opuestos del romboide a los del paseo de Zapata". La confluencia de los dos pequeños tramos que conforman el Paseo de Los Romero va a dar al pasillo que se encamina a la escultura del perro, junto a la fuente.

Llegados a este punto sería de necios no reconocer que de este pulmón de Soria que llamamos Dehesa nos importa más el medio ambiente que las denominaciones del espacio. Esto es, el disfrute de quienes paseen, anden o corran por ella y de quienes, sentados, opten por ver el tiempo pasar, lean o, simplemente, esperen que alguien se siente en el banco vecino, o en el propio, para darle conversación. Bienvenidas sea, en cualquier caso, las lecciones de historia y curiosidades que aparecen en la citada publicación.

Así, sabemos que los imagineros Domingo José e Ignacio procedían de Herreros y sus obras presentaban "maestría en sus trazas" y "armónicos resultados". El altar de San Blas del Espino y el marco del altar mayor costaron 1.300 reales; y que el Cristo de San Pedro, encargado por el Cabildo en febrero de 1737, tardo en hacerse un par de meses: el Jueves Santo de ese año ya estaba listo.

tracking